Cada uno debe entrar en su propio degüello, cada uno retocando su
[ respiración,
cultivando sus excepciones a la regla, sus moluscos solares,
haciendo sus abstinencias más inclementes
y más diáfanas porque la luz debe romperse allí,
la eternidad debe dejar caer un
[ guijarro en ese gemido.
Recuerden la niñez de vuestra madre, la niñez de vuestra muerte;
solitarios del mundo y de todos los deseos,
inoculados por el lagarto y el pájaro
que se enfrentan en todas las intenciones de la sangre.
que se enfrentan en todas las intenciones de la sangre.
Ustedes han sentido la máscara
y la falsificación de la máscara: el rostro
y la falsificación de la máscara: el rostro
en los invernaderos de las pequeñas, inútiles ceremonias que todavía
[ nos conmueven.
Bajo la luz de una luna parecida a la desnudez de las antiguas
[ palabras,
escuchen este ritmo, esta vacilación de las aguas,
la noche está moviendo sus ruedas oscuras, estas palabras llevan ese
[ significado,
y yo me dejo arrastrar por aquello que quiero decir:
aquello que ignoro,
aquello que ignoro,
y he aquí que la frase delibera su propio silencio.
Oh noche casual de estas palabras,
oh azar donde la frase regresa a su silencio
y el silencio retorna a la primera frase,
y el silencio retorna a la primera frase,
en el lenguaje aparecen de nuevo los primeros caracoles,
las primeras estrellas de mar,
las primeras estrellas de mar,
y las bestias de la niebla ponen su vaho en los nuevos espejos.
Aquel que diga la primera palabra dejará caer el primer vaso,
aquel que golpee su asombro con violencia
verá aparecer el fuego en sus cabellos,
verá aparecer el fuego en sus cabellos,
aquel que ría en voz alta será el primero en guardar silencio aquel
que despierte antes de tiempo sorprenderá a su esqueleto
[ haciéndole señas extrañas a los árboles;
y el mar, como un síntoma interrumpido,
vuelve de nuevo a oírse a lo lejos
vuelve de nuevo a oírse a lo lejos
y en su respiración otra vez escuchamos el ruido de esa puerta
que bate azotada por el viento del infinito.
Nace la luna sobre el mar como una antigua mirada del hombre.
En el puerto
se van encendiendo las primeras luces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario